EL CARNAVAL DE NUESTRAS VIDAS

Vivimos estos días de carnaval como una especial alegoría sobre nuestras esperanzas, nuestro destino, nuestras ilusiones.

La ruda y cruda política oficia de "maltratadora nata" bombardeándonos a diario con diferentes versiones, que van cocinando a fuego lento nuestras vidas y expectativas. Basándonos en la legalidad deberíamos permanecer tranquilos, pues somos conscientes de que hemos ofrecido nuestra representación a quienes nos han merecido confianza, sin embargo la oportuna "empatía" demostrada en su momento, ha quedado paralizada, dando lugar a un viraje inesperado que puede truncar nuestro futuro, sin que podamos hacer nada de inmediato para cambiarlo.

Eso de que la confianza mata al hombre, pasa a tornarse en la realidad más escalofriante del momento. Esto si tenemos en cuenta todo lo que estamos jugándonos. El carnaval político actual, ha montado una gran parodia, que puede derivar en la más disparatada solución de gobierno.

El fraude y la corrupción política está alcanzando niveles insospechados y no me refiero pura y exclusivamente a quienes están señalados por la justicia, imputados, presuntos imputados, cómplices, etc... ¡Que los hay y por cientos! Me refiero específicamente a quienes ambicionan el poder con una voracidad que da pavor realmente. Dos partidos de derecha parecen haberse confabulado para truncar cualquier posibilidad de cambio por el que el ciudadano de a pie haya optado, al parecer la voluntad de la gente poco o nada tiene que ver en estas negociaciones. A éstos se suma el posible apoyo de la oposición que por ironías del destino, intentará cruzar a la calzada derecha sin levantar demasiados antagonismos.

Políticos que viven de reunión en reunión, ¡qué estrés! atendiendo y debatiendo con los medios (previamente aleccionados), intentado dar una imagen responsable y correcta... ¿Es verdad? o ¿son solo burdos simulacros de despiste? Lo cierto es estamos pasando un ajetreado carnaval, como la vida misma, porque nuestra vida y nuestra sociedad que se ha convertido en un carnaval, una mascarada, un despropósito tal, que las pocas plumas que nos han dejado tras estos cuatro años, acabaremos perdiendo y seremos desplumados totalmente...

Acá poco importa "lo mejor" para las personas, lo único que importa es "lo mejor" para continuar mamando de la ubre de la vaca, engordando cuentas bancarias, enriqueciendo a quienes ya lo son y asestándole un golpe de gracia a las personas... Acabando con sus escasas bocanadas de oxígeno y esperanzas. ¡Un despropósito orquestado por la "secta" política actual, para apagar de un plumazo cualquier aspiración de CAMBIO!